Hoy a primera hora de la tarde conocía la decisión final del Euskadi Buru Batzar de apoyar los Presupuestos Generales del Estado de 2018 y como reacción inmediata he subido el Tuit que acompaña este artículo. No pensaba ahondar en el tema pero a la vista de alguna contestación en ese y otros foros políticos, creo que merece la pena aclarar lo que puede llevar a otras interpretaciones debido a lo conciso del mensaje.
Los que trabajamos en el mundillo de la planificación y la estrategia distinguimos perfectamente conceptos como estrategia, táctica y valores, entre los árboles y el bosque… Por eso entiendo la decisión del EBB pero no puedo compartirla.
Entiendo la decisión del EBB porque en honor a la verdad se había conseguido un muy buen acuerdo con el estado y no solo en términos económicos y, probablemente, no solo en la parte publica del mismo.
Entiendo que no es fácil romper un acuerdo que es, no solo, difícil de conseguir dada la mentalidad y voluntad negociadora de la otra parte sino fruto de la oportunidad concreta.
Entiendo el cierto hartazgo de los líderes de mi partido con algunas actitudes del nacionalismo catalán; la oportunidad pérdida de Carles Puigdemont con la vuelta atrás de última hora en su intención de convocar elecciones tras la mediación del PNV, las 155 monedas de plata jamás serán suficientes para pagar el despropósito de aquellos días, o el empecinamiento en no recuperar las instituciones catalanas a pesar de contar con la posibilidad de hacerlo…
Entiendo que, como decía el otro día Andoni Ortuzar, “Ciudadanos es la peor opción, sin alternativa”…
Entiendo todo eso y que en un momento determinado se haya visto el SI a los PGE como la mejor opción, al margen del contenido de los propios presupuestos, pero eso no dejan de ser los árboles…
Y no sé si esos árboles nos han impedido ver el bosque que es un gobierno que intenta conseguir una prorroga en una legislatura que agoniza como el mismo partido que lo sustenta ahogado en su propia corrupción y lastrado por un líder incapaz de tomar decisiones.
Que es una oposición desnortada entre la enorme decepción que ha supuesto la esperanza de la izquierda del PSOE que ha resultado ser un ambicioso frívolo sin más programa que su propio medro personal.
Que es una izquierda emergente incapaz de articular, salvo alguna honrosa excepción Manuela Carmena al frente, nada parecido a una alternativa de gobierno perdida en la sempiterna atomización que persigue a la izquierda y la lucha por el poder y las esencias ideológicas.
Y que es, por si el panorama no pintase suficientemente feo, la pujanza de lo más casposo del nacionalismo español alentado por fantasmas que ya pensábamos perdido en el pasado y por un pseudo periodismo a sueldo de vaya Ud. a saber que cloaca, perfectamente encarnada en el neofalangismo de Rivera.
Y ninguno de los problemas de ese bosque los va a resolver el cortoplacismo y la impaciencia de la decisión del EBB de hoy.
Rajoy y el PP tienen los días contados en cualquiera de los escenarios, su proyecto político es un cadáver putrefacto a la espera de que no le caiga más basura encima, y más basureros, y alguien le pueda dar un entierro digno.
La socialdemocracia española deambula sin rumbo desde el comienzo de la crisis y sus estructuras han caído en manos de oportunistas de medio pelo con los que es imposible articular nada medianamente serio salvo algún reparto de prebendas.
Y, despertada la bestia, la irrupción de Ciudadanos es ya inevitable…
Hoy hay quien respira aliviado, lo que queda del régimen del 78, vano alivio, y quienes ven frustradas sus esperanzas; unos por sus prisas por alcanzar el cielo, al asalto o de cualquier otra manera, y los que prefieren la confrontación al debate de las ideas, los del segundo frente de lucha. A estos segundos hemos dado hoy munición abundante.
Pero aparte de preparar la estrategia y la táctica para los años de sombras que nos esperan hay otra cosa que un partido con más de 115 años de historia y con la trayectoria de EAJ/PNV no puede nunca obviar, y eso son los valores; La paz, la democracia radical y las libertades… sin esos valores el PNV se confunde con el paisaje, y el paisaje no es agradable…
Y esos valores son los que están hoy en cuestión, el día que Catalunya esta intervenida de forma ilegal o, por lo menos ilícita, tengan en ello la responsabilidad que tengan sus líderes, el día que hay políticos encarcelados o en el exilio por llevar adelante el mandato popular y el día que la política y el resultado electoral están al albur de oscuros leguleyos parapetados en una instituciones obsoletas e interpretando la Ley al antojo… El día que el debate político se ha trasladado del Parlamento, su sede natural, a las salas de juicios en una aberración democrática que tiene a Europa con la boca abierta de estupor.
Esos eran los valores que debían haber guiado la decisión de hoy, lo otro es cortoplacismo, y probablemente abocado al fracaso… Por eso entiendo que el mayor favor que podía haber hecho hoy el PNV a la sociedad vasca, a la catalana y a la española era haberse erigido como guardián de esos valores. Por eso no comparto la decisión de hoy.
Pero antes de acabar este artículo hay otro aspecto que aparece en el tuit y que no me resisto a comentar…
Los valores de un partido están grabado en su ADN en su historia y en su trayectoria, son la esencia misma del partido, cuando se pierden las organizaciones políticas empiezan su declive y su camino hacia la nada, de ejemplos de eso está llena la política.
La estrategia la define la Asamblea General del partido cada cuatro años y para velar por unos y otra esta la Asamblea Nacional.
El EBB, la ejecutiva del partido está para dirigir el día a día del partido; la táctica, lo que en circunstancias normales sería un acuerdo presupuestario con el estado, pero esta vez el acuerdo afectaba a la estrategia y los valores, sobre todo los valores… Y esa decisión creo sinceramente que correspondía a la Asamblea Nacional.
Ander Muruzabal
Nafar Herria 